Algunas personas tienen un parásito visceral, que los hacen confundirse, pensar cosas que no son ciertas, crear mundos innecesarios e ilógicos. Hace que el enfermo de dicho parásito se sienta en un laberinto y que el mismo no sepa que hacer para salir de este laberinto. Entre otros síntomas, el enfermo crea mentiras que se hace a él mismo y a los demás; así, finalmente, se las termina creyendo.
A este parásito se lo denomina con los nombres de terror, cobardía, pavor, pánico y miedo entre otros.
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